2017 un año complejo...

El 2017 nos dejó un sabor agrio en la boca. Muchas de las maravillosas cosas que nos pasaron, se vieron rápidamente relativizadas por cuestiones personales que sufrieron varios miembros de la Escuela que, en definitiva SON la ESCUELA. 

No voy a ocuparlos con tristezas ni relatos lastimosos, más bien vamos por las alegrías y retengamos todo lo que podamos estos fantásticos recuerdos de...

OKINAWA 2017

Una de las cosas que ocurrió este año fue que cumplí la edad de mi querido Sensei y mentor, cuando el falleció. Es decir, he alcanzado a mi maestro..., solo en edad, claro!.

Esto no es un dato menor en el contexto de que, volví a Okinawa, Japón con alumnos a los que vi crecer desde 1995. 

Fue una gran experiencia para mi y procuré que ellos vivieran Okinawa como yo la hubiera querido vivir con mi Sensei, algo que en su momento, no pude hacer.

Okinawa es definitivamente, mi segundo hogar.

Mis actuales Maestros y referentes son mi tesoro, y los vivo y aprendo de ellos, con el mismo entusiasmo que lo hice con mi mentor.

¿Podrán mis alumnos algún día cuantificar la importancia del KarateDo en sus vidas?. ¿Podrán dimensionar el significado de haber entrenado con mis actuales referentes en la mismísima cuna del Arte? ¿Apreciarán Okinawa con similar pasión? 

Bueno..., esa fue mi pregunta días antes de iniciar este viaje, y para serme sincero a mi mismo, (algo que no siempre se logra) hice un pacto con mis memorias, yo ocuparía mi tiempo en aprender todo de mis nuevos referentes con la misma lealtad y consideración que tuve para con mi mentor, y él me dejaría comprender que la vida continúa y que sus recuerdos no se verían amenazada por la devoción a mis nuevos Maestros.

¿El viaje...? ASOMBROSO, como Okinawa siempre. Les dejo algunas fotos:

Claro que esto no fue todo lo que pasó en el 2017, pero...  algunas cosas fantásticas de año las vamos a dejar para el próximo post.

Ganbatte Kudasai!!!!